04 octubre, 2011

Epazote y Cacao

Puntos:★★★★★
Categoría:  lengua Náhuatl
FUENTE: laJornada / Opinión / Itacate

autores: Cristina Barros y Marco Buenrostro

El náhuatl es un lenguaje muy completo, que ha servido desde la antigüedad para la comunicación entre varios grupos étnicos. En la actualidad hay en el español de México muchos términos que tienen origen náhuatl. Entre los ingredientes está tomate (tómatl), y también jitomate, xitomatl. El vocabulario, de Alonso de Molina (1571), registra ya una apropiación de la palabra, pues incluye la raíz náhuatl para definir xitomatl como tomates grandes colorados, amarillos y blancos.

La botánica náhuatl posee clasificaciones muy precisas; la palabra quelite es un genérico que designa a las plantas verdes comestibles. A quilitl se le agrega otro sustantivo que la califica, tomando en cuenta el color, el tamaño, la forma, el sabor, el lugar en el que crece u otras cualidades. En papaloquilitl, que significa quelite mariposa, se alude a la forma de sus hojas.

Hay palabras del náhuatl presentes en otras lenguas, es el caso de chilli que en inglés es chili. También de cacao (cacauatl) que pasó al italiano como cacao y al alemán como kakaobohne, o sea grano o hueso de cacao. El vocablo cacahuate perdió el prefijo tlal, que significa tierra; era tlalcacahuatl o cacao de tierra.  Alfredo López Austin considera que se vincula esta semilla con el cacao, por la grasa que producen ambas al molerse. Cacahuacintle es mazorca de cacao, pero también maíz (centli), con semillas semejantes en tamaño a las del cacao. El cuaupinole es una vaina cuyas semillas están rodeadas de un polvo harinoso (pinole); sería pinole de árbol.

Otro caso de clasificación botánica es el de chilli; en náhuatl chilpoctli significa chile ahumado, y chilacatl (hoy chilaca), chile caña. Chiltecpin quiere decir chile pulga, posiblemente por lo picante; también podría referirse a su tamaño.

Como vemos, la estructura del náhuatl permite a los hablantes de esta lengua, una participación más incluyente en relación con el conocimiento botánico, que la que propicia la clasificación occidental.

Mencionemos otros ingredientes: zapote, aguacate y tejocote, entre las frutas; chía y ayocote como semillas; guajolote y chichicuilote entre las aves; tamalayota, chayote y chilacayote, cuya raíz es ayotli (calabaza). Y además ejote, elote, nopal, guaje, jumil, nanche, escamol, chinicuil, huauzontle y cuitlacoche; la sal llamada tequesquite, y el epazote y achiote como condimentos. Otro es xoconostle, en la que se recupera la palabra náhuatl para tuna: nochtli.

Un grupo más se forma con las preparaciones: mole, atole, guacamole; otro con las técnicas, como el nixtamal. Podríamos añadir instrumentos y utensilios; hoy mencionamos sólo metate y molcajete.

4 comentarios:

Francisco Javier Feliú Toledano dijo...

Vamos a tener que aprender Náhuati.....menuda variedad de designaciones.

un Autista Dislèxico dijo...

Usadas cotidianamente con el castellano que parlamos mexicanamente. El castellano es tan rico como idioma, que adquiere los modismos locales de muchos países. Diferente en Argentina, en Perú, en Cuba, en Colombia en cuanto a expresiones o acento, porque se adapta con otras lenguas. El francés también, creo que las lenguas latinas tienen ésa facilidad que no oigo tanto en lenguas anglosajonas. En España mismo cómo tiene influencia de los árabes (los moros decían en Madrid).

Francisco Javier Feliú Toledano dijo...

Lo malo (personalmente) es que dentro de la riqueza del castellano, es que vamos incorporando anglicismos, olvidandonos de las diferencias de otros paises de habla hispana.

un Autista Dislèxico dijo...

Güat? Me no biliva, bro!